Los dominios son parte fundamental en la identidad de una marca, tanto como un buen logo, un buen eslogan o incluso un nombre, en especial aquellas que solo se encuentran presentes en internet. Esto se debe a que el dominio es lo que debe recordar el usuario para poder acceder a los servicios de la compañía.
El dominio representa más a la marca en el internet que el propio nombre de la empresa, y dependiendo de qué tan fuerte sea, así será el éxito de la compañía. Un dominio demasiado largo y complicado de escribir o recordar, es probable que no haga feedback con los posibles clientes, aun cuando los servicios sean de calidad, las personas no podrán recordar el dominio para futuros ingresos.
Los nombres demasiado comunes probablemente tengan mucha competencia en el posicionamiento en la red, como por ejemplo un dominio que sea odontólogos.com es probable que tenga que competir con otros 200 de nombre similar. Y eso no es lo que se busca si el objetivo es destacar.
La idea es encontrar un balance. Se puede crear un dominio con nombres originales e inventados, que sean simples y muy fáciles de recordar. El problema es que requiere invertir mucho en marketing y publicidad para que los clientes puedan asociarlo con la marca y el servicio. Sin embargo, si se tiene la posibilidad y los medios monetarios, esta puede ser una buena opción, ya que por competencia en posicionamiento no hay ningún problema.
Para una empresa pequeña que aún está comenzando, lo mejor es tener un dominio genérico, el cual está compuesto por palabras claves de los servicios que se ofrecen. Esta es una de las mejores opciones actualmente, ya que las personas suelen recordarlo con mayor facilidad por la asociación de palabras de uso común. Aunque es un poco difícil demostrar individualidad con estos dominios genéricos, se obtienen muy buenos resultados en la tasa de click en los buscadores.